Cuento 2: Tras dos ojitos

 

TRAS DOS OJITOS

Julia Rodriguez, niña de cinco años, 3 de septiembre del año 2019

Aunque ya llevo un año con ésta marca, mami insiste que no es por mucho tiempo, que ella también lo tuvo en varias partes de su cuerpo. 
Potso, si papá te dice eso, no le creas, soy buena cuidadora de juguetes, mami lo sabe muy bien.

¡Hola Potso! bienvenido a tu nueva casa, mi nombre es Julia, mis papas me dicen Juli. 

Soy hija única, según ellos yo tuve un hermanito antes de que yo naciera. Nunca lo conocieron. Mami dice que el y la cigüeña que lo trajo se hicieron muy buenos amigos, y que decidieron cuidarse el uno al otro juntos, aventurándose allá entre las estrellas. 

¿Sabes? ella dice que de vez en cuando puedo verles pasar a la noche como un destello fugaz a ambos juntos.

Y a veces... eso me ayuda a conciliar el sueño cuando papi y mami gritan desde la otra habitación, según ellos lo hacen porque se quieren. Pero yo no se, un día en sus luchas me hirieron el brazo derecho con un vaso, papá se lo quiso lanzar a mamá y el mismo al dar en mi manito hizo pequeñas estrellas de vidrio, dejándome esta marquita morada en el brazo.

Por otro lado papi dice que me quedan bien y que por eso hizo eso. ¿A ti qué?, ¿te gusta cómo me queda, Potso?

...

Da igual si no te gusta, no tienes que sentirte presionado, a mis amigas del jardin al que iba tampoco les gustaba.

...

¡Cambiando de tema! ¡Me alegra que seas mi nuevo juguete, Potso! no tengo muchos juguetes aquí, solo esta muñeca de tela, es muy linda. Le llame Lexa, es el único juguete que tengo, me lo regalaron mis abuelos, quizá se lleven bien ustedes dos, a Lexa le hacía falta un amiguito, a ella no le cae bien papi. 

Ese día que me regalaron a Lexa mis abus, Papá les gritó, se asustaron mucho, son muy miedosos ellos, no los entiendo.

A veces me molesta un poco la rudeza de papá. Mamá se pone a llorar mucho, y papá, que no sabe consolar, solo insiste gritándole que se calme, soy muy chiquita, pero hasta donde se es difícil tranquilizar una persona a los gritos.

Según ellos, ¡cuando sea tán tán grande como la puertita de la heladera que está en la cocina lo voy a entender todo!

Ayer vino mamá a abrazarme, y ¿sabes? Me dijo que era una linda niña, que pronto daríamos un paseo por la ciudad. ¡Me encanta ir de viajes! Aunque no voy mucho... cuando voy, conozco muchos amigos, pero nunca los vuelvo a ver, es una pena, ¡Una vez en la playa uno de ellos llegó con su madre y me regaló un helado , ambos estaban sorprendidos por mis ojos color azul! 

Quería preguntarles por qué, pero papá me agarró del brazo y me llevó al auto rápidamente, nos fuimos rápido de la playa, ¡como un cohete!, ¡Fiiiiiiuuuuum!

Me quedé muy intrigada, de verdad quería saber que tenían mis ojitos que les llamaba tanto la atención.

Ese día papá llegó a la casa, llevó a mamá desde las greñas y dentro la empujó hacia un sillón, a mi me dijo que estaban por jugar, y me sacaron del living.

Ese día fue extraño. Estaba feliz porque crecí tanto que alcancé de puntillas de pie la perilla de la puerta... No es mi culpa, yo quería jugar con ellos, pero...

... A papi no le gustó la idea de que me entrometiese... Y aparentemente a mamá tampoco... Ella estaba acostada en el sillón ignorándome, mientras que papá se levantó, dejó de sostenerle de los hombros, se acercó a mi y me largó una cachetada, y me obligó a que me fuese de la sala señalándome con el dedo el pasillo detrás de mí.

Desde ese día aprendí que a papá no le gusta que le desobedezca.

...

 Me dolió mucho Potso.

Pero mamá insistía que era parte del juego, que era muy chiquita para entenderlo, pero me habían dado ganas de llorar en esos momentos, no sabía que jugaban de manera tan brusca.

Igual, es extraño, "¡Vos no te vas a ningún lado con Julia!" Decía papi, y luego de varios murmullos entre ambos, concluía diciéndole "te amo, lo siento".

Bah, da igual, tampoco es que me interesase jugar mucho con ellos, prefiero dibujar, ¡Soy muy buena!, si te parece te mostraré mis dibujos más celebres... Pero  shhhhh, no le digas a papá, a él no le gustan y se enfada mucho.

Estos son tres de mis dibujitos, te pondré de frente para que los mires. ¡A Lexa le encantó!

Julia le muestra a Potso, su peluche, el dibujo en un papel de hoja de cuaderno rota. El dibujo es un monigote hecho de líneas y redondos, en el que se vislumbra la imagen de ella con Lexa en brazos, y el papá, con cabeza grande y roja, gritándole a sus abuelos, dibujados con líneas en el rostro en forma de arrugas.

Esta fue de cuando conseguí a Lexa, mi primera muñeca, no te pongas celoso, les voy a dar el cariño que se merecen ambos. Esos dos de la derecha son mis abus, estaban muy miedosos ese día, ¿ves sus caras? Se ven graciosos.

Julia le muestra a Potso, otro dibujo hecho también de monigotes, donde ella dibujó a su padre arrastrándole de los pelos a su madre, mientras Julia se sostenía de la pierna de ésta, como si fuese un tren. A los cuales les esbozó a los tres personajes una cara sonriente.

Esto era jugando con mami y papi, yo iba arrastrada de la pierna de mama. Fue una de las pocas veces que jugué con papá, por eso lo quería dibujarlo, para recordarlo por siempre. Ese día jugamos de todo, y luego, este fue el ultimo juego del día... Aunque no me gustó, mamá sufria mucho...

Julia le mostró un último dibujo, en él, se mostraba una casita hecha de figuras geométricas, con su madre y ella fuera, su madre estaba sonriente, Julia se mostraba con un rostro triste. Julia cargaba en brazos a su muñeca Lexa en la foto en cuestión.

Acá papi nos dejó afuera, sentía frio, mucho frío. Estaba muy triste, papá se enojo conmigo porque queriendo alcanzar unas galletitas termine rompiendo el vaso, nos dejó afuera a mamá y a mí, luego de decirme que fui lo peor que le paso en su vida.

¡Qué fue eso! ¿Un portazo? fue estruendoso, ¡Quizá mami y papi ya han llegado! ¡Mamá me llevará a darme un paseo! Espera aquí, Potso, iré a saludar a mamá.

¡Mami, mami, mami!

...

Mamá, ¿Qué te pasa?... ¿Por qué papá se va tan rápido? 

..... Mamá, ¿Por qué no me respondes?

...

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