CUENTO 3: La última palabra

 

LA ULTIMA PALABRA

Daniel Fein. Estudiante de abogacía, 24 de diciembre de 2020

-Hola, Lucas... ¿Cómo estás?... Me imagino que debes estar bien... Ganó boca... Eso te alegraba mucho a vos.

Tenía ganas de llamarte, las cosas están re complicadas por acá sin vos. Yo se que la estarás pasando bomba, tomándote un fernecito como lo hiciste siempre, rompiendo tanto las bolas como tu propio bolsillo allá por donde vayas...

¿Sabes algo loco? Se te extraña tanto... No te cabe una idea en la cabeza... Yo se que te dije muchas veces que la navidad es una boludés capitalista y todo eso, que es un negocio, que no existe dios, ni siquiera la paz en estos días cesa para algunos...

Pero, te voy a contar algo, este día estuve consolando a tu mamá... anda bastante triste aún, ya sabes como son las madres, se les va un hijo y se les va la mitad de la vida. Más como te fuiste, tan... Repentino, de una manera tan injusta, después de tener tanto por lo que luchar, tantos sueños por cumplir... 

Sobre todo porque me dejaste con la idea de el bar a mí solito, vago querido...

...

...

En fin, que me voy por las ramas... Estuve dándole mensajes positivos a tu mamá, y la verdad es que mejoró... Y realmente, aprendí algo en esta situación... En esta navidad.

Pensé en lo que me dijiste todos estos días el mes pasado, la última vez que nos vimos... "Mario, si vez las cosas malas de todo, incluso de la navidad, obvio que te vas a pegar una podrida, es un día más, sí, pero si le ves lo positivo, es EL DÍA... uno de los pocos días en que somos conscientes de la gente alrededor de nuestra mesa". No sabés como me quedaron grabadas esas palabras loco. Pero bueno, ya sabés, no doy el brazo a torcer ni empedo, nadie lo hace fácilmente. Soy bastante boludo y terco...

...

...

Se te extraña loco, no te das una idea lo que se extraña tus ocurrencias, tus miradas perdidas y tus cosas sacadas desde el bolsillo sin premeditar, la verdad fuiste un lindo boludo.

Es increible que te escriba ahora que no estás. Pero vos siempre me dijiste que somos simplemente animales, que es imposible pensar más allá del final, y por eso viviste la vida como nadie, como me hubiese gustado vivirla a mí.

Me siento tan impotente escribiéndote esto... Pero el psicólogo me dijo que era bueno, que era una despedida que no te pude dar... Eso sí, te va a llegar meada en lágrimas, sabé disculparme por el detallito.

Nada hermano, feliz navidad, espero que vos estés pasándola bien... No se ni para que te lo digo si seguramente la estas re viviendo allá arriba... Sinceramente me gustaría darte un abrazo más y salir a una última joda con vos, terminar en un descampado hablando con gente que no conocemos y que terminásemos tan bien la noche como un último concierto de Ceratti.

Pero me tengo que quedar con este final... Y aunque parezca raro me cuesta dejar de hablarte, porque de verdad siento como si estuvieras esperando un mensaje, y eso me mete alta presión...

... 

¿Estás esperandolo..?

...

Nah... Seguro que sí estas esperándolo... No me cabe duda...

Yo por mi parte, voy a disfrutar de mis navidades, voy a levantar la copa en honor a vos y voy a darle un sorbo por cada estrella que vea esta noche, darle un beso a mamá en la frente, un abrazo fuerte a papá, y si me alcanza tiempo al otro día voy a visitarte medio chueco y resacado a tu tumba...  A regalarte de mi tiempo, sentado, quien sabe cuanto tiempo...

Quien sabe cuánto tiempo...

Feliz navidad loquito... Gracias por todo.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

CUENTO 8: Etereo

Cuento 10: Una persona de extraño sombrero

CUENTO 9: Resciendo